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Oraciones

de Abundio García Román

Oración a la Virgen del Cenáculo

Madre — aquí tienes a tus hijos para obligarte más.— Son tus Hermandades que te piden otra vez el milagro de Pentecostés.— Llena nuestras almas del fuego de la gracia, — enciende nuestros corazones con el entusiasmo de tu amor — y pon en nuestras mentes aquellas divinas razones — que hicieron posible la renovación de la tierra.

Nos duele, Madre, — ver a tantos hombres lejos de Ti, — sus hogares sin pan y sus centros de trabajo sin Dios.

Haz Tú, Reina de los Cielos, — que el Divino Espíritu vuelque sobre todos los trabajadores — en maravillosa abundancia, — la fortaleza de la Fe, — la alegría de la Esperanza — y el calor de la Caridad.

Que sea pronto un hecho en el mundo entero — el reinado de la justicia social, — sobre la cual levantará Jesús su trono de paz y bienestar. — Y que al mirar al cielo — recemos al Padre — con la ternura de quienes todo lo esperamos de El.

Y a nosotros, Madre, — santifícanos en el apostolado. — Que la caridad más heroica y la unidad más apretada — no hagan acreedores al triunfo.

Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Divino Corazón de Jesús: Queremos renovar
una vez más nuestra consagración a tu persona
como acción de gracias por tantas predilecciones.

La Fe nos dice, Señor, que somos tuyos:
Verdad que nos alegra inmensamente.

Por la Esperanza te colocamos siempre junto
a nosotros, paternal y omnipotente.

La Caridad nos obliga a vivir reconocidos
a tu Amor y a buscarte entre los hombres,
hijos del Padre y hermanos nuestros,
a quienes nos unimos en esta gran familia de Dios
que es la Iglesia. Cada hombre, pese a todo, y aquí
está lo maravilloso de tu amor, te recuerda y te sustituye.

Como Hermandades del Trabajo que somos,
queremos ir por el mundo iluminándolo todo
con tu verdad y hermoseándolo con tu amor
para que Tú reines y a todos alcance su felicidad.

Queremos tener en esta consagración un recuerdo
especial para nuestros compañeros de trabajo.
Te pedimos, Señor, que los ayudes en sus deseos de justicia
y los consueles en sus infortunios y necesidades.
Que llegue a ser verdad y pronto la profecía
de que los trabajadores te traeremos un día
a hombros, para que comience en el mundo
tu reino de justicia, de amor y de paz.

Te lo pedimos por la Virgen nuestra Madre.

Ofrecimiento de obras

Divino Corazón de Jesús: Te ofrezco mi día con sus alegrías, trabajos y tristezas. Todo, Señor, para gloria de tu nombre y al servicio de tu causa. Reina, Señor, en las almas por la vida de la gracia, en la sociedad por la caridad fraterna y, sobre todo, en el mundo del trabajo por la concordia entre patrono y obreros.

Que todos los trabajadores, al sentirnos hijos de Dios, confiemos en su Providencia y nos gocemos con tu amor. Concédenos ver a las Hermandades del Trabajo convertidas en instrumentos eficaces de apostolado, para que, santificándonos en ellas, contribuyamos, por la irradiación benéfica de nuestros ejemplos y obras, a la extensión de tu reinado en los ambientes laborales.

Virgen de Nazaret, protégenos.

Glorioso San José, rogad por nosotros.

Virgen de Guadalupe, protege a las Hermandades del Trabajo en América.

Oración
de los hijos pequeños

Te pedimos, Jesús, por nuestros papás.
Que vivan contentos, que ganen lo suficiente,
que se quieran mucho.
Ayuda a mamá en la casa y acompaña a papá
al trabajo para que vuelva siempre
pensando en nosotros.

Y a nosotros, los hermanitos,
haznos muy buenos para que nunca nos enfademos
ni disgustemos a los papás.
Amén.

Preces del Cenáculo

Señor y Hermano nuestro Jesucristo:

Escucha la plegaria que te hacemos y atiéndela.—Mira la angustia de las clases trabajadoras y compadécete de ellas.—Mira que caminan a ciegas—sin fe y sin amor, porque no te conocen.—Remedia su estrechez y su miseria—y derrama tu gracia en abundancia—para que los trabajadores de España—vuelvan pronto sus ojos hacia Ti.—Tú que sabes del frío y del calor en el taller—y del hambre, el dolor y la fatiga—por amor hacia todos tus hermanos recoge nuestras preces:

Lector:

  • Para que sea pronto un hecho la promoción cultural, religiosa y económica del mundo del trabajo, roguemos al Señor.-Te rogamos, óyenos.
  • Para que no haya en breve en España una familia sin hogar, roguemos al Señor.- Te rogamos, óyenos.
  • Para que en todas las Hermandades del Trabajo haya un grupo de apóstoles dados por entero a la vida interior, roguemos al Señor.-Te rogamos, óyenos.
  • Para que inspires a nuestros prelados y les bendigas en la conquista para Cristo del mundo del trabajo, roguemos al Señor.-Te rogamos, óyenos.
  • Para que ayudes a nuestros gobernantes en su labor de justicia social, roguemos al Señor.-Te rogamos, óyenos.
  • Para que envíes sacerdotes que se entreguen a la tarea urgente de la recristianización de los trabajadores, roguemos al Señor.-Te rogamos, óyenos.
  • Para que la caridad y la pureza reinen en los centros de trabajo, roguemos al Señor.-Te rogamos, óyenos.
  • Por una juventud recia, alegre y emprendedora, que condene la frivolidad y se responsabilice para el mañana, roguemos al Señor.-Te rogamos, óyenos.
  • Por unas estructuras más justas y unas costumbres más santas, roguemos al Señor.-Te rogamos, óyenos.
  • Para que las Hermandades del Trabajo penetren y se extiendan por todos los países de América, roguemos al Señor.-Te rogamos, óyenos.
  • Para que nuestros emigrantes encuentren con el trabajo y los bienes materiales facilidad para una vida moral y cristiana, roguemos al Señor.-Te rogamos, óyenos.
  • Para que España ofrezca al mundo un testimonio de unidad y caridad, roguemos al Señor.-Te rogamos, óyenos.

    Óyenos, Señor,--por mediación de tu Madre Santísima.—Y Tú señora.—que eres la salvación de los que sufren,--de los desamparados y de los pecadores—no nos dejes en esta misión tan difícil—y haz que la llevemos a feliz término.
    ¡Jesús,--Tú eres nuestro y nosotros más tuyos que nadie!
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